Hola Amig@s: Según el
relato evangélico de Juan, en vísperas de su muerte, Jesús revela a sus
discípulos su deseo más profundo: "Permaneced en mí". Conoce su
cobardía y mediocridad. En muchas ocasiones les ha recriminado su poca fe. Si
no se mantienen vitalmente unidos a él no podrán subsistir.
Las palabras de Jesús
no pueden ser más claras y expresivas: "Como el sarmiento no puede dar
fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no
permanecéis en mí". Si no se mantienen firmes en lo que han aprendido y
vivido junto a él, su vida será estéril. Si no viven de su Espíritu, lo
iniciado por él se extinguirá.
Jesús emplea un
lenguaje rotundo: "Yo soy la vid y vosotros los sarmientos". En los
discípulos ha de correr la savia que proviene de Jesús. No lo han de olvidar
nunca. "El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante, porque
sin mí no podéis hacer nada". Separados de Jesús, sus discípulos no
podemos nada.
Jesús no solo les pide
que permanezcan en él. Les dice también que "sus palabras permanezcan en
ellos". Que no las olviden. Que vivan de su Evangelio. Esa es la fuente de
la que han de beber. Ya se lo había dicho en otra ocasión: "Las palabras
que os he dicho son espíritu y vida".
Por tanto, el domingo
pasado se hablaba de un solo rebaño, hoy nos habla de una sola vid. No dice que
Jesús sea la cepa y los discípulos los sarmientos como realidades separadas.
Jesús y los discípulos constituyen una sola realidad viva.
Ser vid significa estar
unido no solo a Jesús y a Dios, sino a los demás sarmientos. Si me separo de
otro sarmiento que está unido a la vid, me tengo que separar de la vid. Esa es
la experiencia pascual que tiene que continuar hoy en nosotros.
Todos participamos de
la misma Vida de Dios que descubrimos gracias a Jesús. La Vida es una sola; al
participar de ella tomamos conciencia de que formamos una unidad con todos los
hombres, con todo el cosmos y con Dios. La religión, o nos conduce a esa experiencia
de unidad o se queda en programación externa que ni nos enriquece ni nos salva.
Que así sea.
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