sábado, 22 de octubre de 2011

EL LOGOS GLORIOSO EN JESUCRISTO



14 Y el Logos se hizo carne / y permaneció entre nosotros / y vimos su gloria,
Gloria de Hijo único / (enviado) de junto al Padre, / lleno de la gracia de la verdad.


El versículo 14 mantiene la unidad entre sus dos estiquios, básicamente, por la palabra “gloria”. Él habla de la última etapa de Dios comunicándose. El Logos, del que se había hablado al inicio del prólogo, se temporalizó, precisamente para tener una especial comunicación con el género humano. Es verdad que desde antiguo Dios se ha manifestado, pero la encarnación hace que haya unos cambios: una presencia de la carne en la creación, lo cual permite un encuentro y que ahora hemos observado la gloria de Dios.


Y el Logos se hizo carne


El verbo conjugado “se” designa la llegada de Logos a la historia humana. Por su lado, el verbo “hizo” da clara alusión que la carne asumida por el Logos no es una mera apariencia, como sostenía el docetismo, sino que en verdad en Jesús se encuentran dos naturalezas: la divina y la humana. En esta oración la palabra carne, que remplaza la idea de humanidad en su conjunto, no tiene un sentido peyorativo, sino que trata de dar cuenta la nueva presencia que tiene el Logos en el mundo, además que le permite, por cuestiones de redacción, diferenciar a Jesús de Juan, el cual había aparecido en anteriores versículos. Por otro lado, la palabra “carne” simplemente puede designar la fragilidad humana, nuestra tendencia al pecado y nuestra mortalidad.


A pesar de ello sabemos que el Logos sigue siendo Logos. Si bien, se ve afectado por la encarnación en la relación que tiene con sus creaturas. La encarnación es un hecho magnífico y contradictorio, no sólo para los judíos, sino para muchas religiones que siempre concebían la irrupción de la divinidad en la tierra como algo majestuoso, no como un hombre corriente. Con la encarnación hay una clara exaltación de la carne y de la condición humana. Así el Logos muestra el amor y la comunicabilidad de Dios.

Y permaneció entre nosotros


“Permanecer” en griego puede referirse a varias cosas. Según esto se puede interpretar con distintas tradiciones de los judíos. Tal es el caso de la connotación “plantas tu tienda”. Aquí se relaciona con el camino por el desierto del pueblo de Israel al salir de la esclavitud en Egipto. También le adjudican alguna relación con las tiendas en la fiesta de los tabernáculos. Por otro lado, la palabra “nosotros” designa un “todos”, especialmente los creyentes en Jesucristo.


Y vimos su gloria


Cuando san Juan pone el verbo conjugado “vimos”, seguramente se está refiriendo a los testigos de la vida de Jesús. Esta característica es condición para la gloria a la cual se hace referencia en este versículo. En efecto, la gloria de Dios era detectada a través de toda la vida de Jesús. Las palabras, las acciones y las enseñanzas de Jesús eran fiel signo de la gloria del Logos, que no es más sino “Dios en epifanía” (p. 95). En el evangelio se puede reconocer esto en la encarnación, el bautismo y la resurrección.

Gloria del Hijo Único de junto al Padre


Esta oración tiene especial dificultad para una buena traducción por la variación de significados en el griego, entre otras razones. Tal es el caso de “Hijo Único” que puede referirse a un alguien único en su género y en su especie o, simplemente, el único descendiente de una pareja. Esta frase en el evangelio de Juan tiene gran importancia porque desde aquí el Logos pasará a llamarse Hijo y Dios a referirse al Padre. Si bien Jesús proviene del Padre (Cf. Jn 16, 27), él irradia su propia gloria como parte de la Trinidad.


Lleno de la gracia de la Verdad


Jesús está lleno de la gracia, esto es lo que le permite repartirla, darla a los demás. Lo que causa atención es la palabra verdad que se puede referir a la naturaleza de la gracia o a la verdad del conocimiento de Dios.


15 Juan le da testimonio y grita: “Era él de quien dije: “El que viene tras de mí está por encima de mí, porque era antes de mí.


Dentro de la cohesión de todo el texto parece que este versículo es una añadido. Lo más probable es que está influenciado por personas que consideraban a Juan más importante, en el sentido que exigían una cita expresa los otros cristianos para determinar la supremacía de Jesús.
16 Sí, de su plenitud hemos recibido todos: gracia por gracia; 17 pues la Ley fue dada por Moisés, la gracia de la verdad fue por Jesucristo.


Aquí “todos” quiere decir la comunidad, pues es necesaria la fe para poder encontrar la plenitud en Cristo. Por esta fe y en especial por el bautismo todos participamos de la gloria de Jesús. Cuando se dice “gracia por gracia” puede tener conexión con el siguiente versículo en que hay una continuidad entre de Moisés a Jesús, y de allí se van recibiendo las gracias.


18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, Dios que está hacia el seno del Padre, ése lo ha contado.


Cuando se habla de ver a Dios, se habla explícitamente de tener a Dios cara a cara. De alguna esta es el mayor deseo del creyente. El hombre no lo puede ver porque no es santo. Pero por Jesucristo Dios se hizo visible. Ahora ya no es como en la antigüedad que Dios se dejaba ver de espaldas.


Debido a esta imposibilidad del hombre para ver a Dios, Jesús es el único mediador, es el unigénito, como Logos puede contar a Dios, puede decir algo de Él. Para Jesús no es extraño el Padre, sino que pertenece a su constitución estar cerca del Padre. Para los creyentes el ver pertenece al final de los tiempos y en el escuchar hay una tensión entre el no, pero sí. Jesús puede dar veracidad de sus palabras por el mismo hecho de su conocimiento del Padre.


Aún con todo lo anterior encontramos en el prólogo una ausencia del tema de la crucifixión y de la redención de los pecados. Por el contrario el Prólogo “enseña que la gloria del Hijo único se ha manifestado y que sólo ella es la que da sentido a la historia.” (p. 111)

Por: Fray Yefrey Antonio Ramirez, OP.

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